A pesar de ser un matrimonio feliz no ha sido fácil para la pareja mantener esa estabilidad que tienen hoy, ya que, tanto Marcos como Laura pasaron situaciones difíciles que según ellos pudieron afrontar.

Se conocieron en la iglesia donde Marcos era el jefe de adoración y él y unos cuantos jóvenes la ayudaban a subir por las escaleras, ya que ella no podía porque el templo se encontraba en el segundo piso  y se encontraba en sillas de ruedas por un  accidente que había tenido. Su testimonio impactó a Yaroide.

Tuvieron que afrontar muchas situaciones difíciles durante el noviazgo aunque, no entre ellos, pero sí con personas allegadas a ello porque le decían a él: no te cases con ella, es una loca, es depresiva, esa mujer se puede lanzar de tu casa en medio de una discusión, mientras que a ella le decían que no iba a llegar lejos con ese hombre, ya que él venia de una familia pobre y la dejaría sola. Pero ellos estaban claros de quienes eran, de lo que cada uno buscaba y detrás de qué andaban esa gente con esos comentarios.

Con  todos esos comentarios tomaron la decisión de casarse y años después, se sienten una familia perfecta. A pesar de que ambos tengan sus propios defectos han aprendido a trabajarlos, tolerando y cambiando uno para agradar al otro.

Han podido mantenerse unidos, pese a la separación de los constantes viajes que ambos realizan por su labor de pastores y artista.

Ellos, no tienen un día específico para celebrar su amor; de vez en cuando toman tiempo para una cita a solas para no descuidar su trabajo pastoral,  la carrera artística y su rol como padres.

Los días de San Valentín, aprovechan para compartir juntos una cena e irse de fin de semana o cualquier otro detalle que afiance la relación como es su costumbre.

Por Adiluz Galva

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