La escena parecía sacada de una historia de terror.

Transcurría las 3 de la tarde del 13 de noviembre de 2018 cuando en un barrio deprimido de Puerto Príncipe, Haití, las pandillas sacaban de sus casas a las víctimas, incluidos niños, para ejecutarlas y luego arrastrarlas por las calles donde sus cuerpos eran quemados, desmembrados y convertidos en alimentos para animales.

En el ataque de La Saline, al menos 71 personas murieron, más de 400 casas fueron destruidas y al menos siete mujeres fueron violadas por bandas armadas.

Ese espantoso acontecimiento, que hoy se conoce como la masacre de La Saline, ocurrido hace cinco años y que es considerado como el peor incidente de ese tipo perpetrado en Haití en décadas, era algo más que la consecuencia de la disputa de bandas rivales por sus territorios. Fue organizada por altos funcionarios haitianos que les facilitaron armas y vehículos a los pandilleros para castigar a los habitantes de una zona pobre que protestaban contra la corrupción del gobierno, anunció el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2020.

Como presuntos responsables del fatídico suceso, fueron señalados Jimmy Chérizier, un exoficial de policía convertido en líder de un cártel y Fednel Monchery y Joseph Pierre Richard Duplan, dos funcionarios de la administración del extinto presidente haitiano Jovenel Moise.

El temido Jimmy Chérizier.

Desde entonces, los pandilleros haitianos se han vuelto tan fuertes que gobiernan algunas regiones del país hasta la fecha.

“Bandas armadas que controlan gran parte de la capital y ciertas ciudades de la provincia, incendian, asesinan, secuestran y violan, con una enorme crueldad, sacan a los habitantes de sus casas, bloquean los caminos, controlan las escuelas y los hospitales y los comercios cierran sus puertas”, explicó Henry en su discurso anoche ante la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas.

Al dar una lista exhaustiva de los crímenes perpetrados por las bandas armadas citó además como sus principales acciones el “tráfico de órganos, la trata de personas, los homicidios, ejecuciones extrajudiciales y el reclutamiento de niños soldados.

Esto ha llevado a Haití, a vivir una de sus peores crisis, motivo por el que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en la jornada de la 78va. Asamblea General de las Naciones Unidas, instó a sus homólogos a enfrentar las bandas que afectan a esa pobre nación. Este ha sido el discurso del presidente dominicano Luis Abinader e incluso del mismo primer ministro haitiano, Ariel Henry.

El más célebre de los líderes de las pandillas haitianas, es un exoficial de policía llamado Jimmy Cherizier al que apodan Barbecue, se presenta como líder político: convoca ruedas de prensa, lidera marchas y, ha mostrado interés de convertirse en primer ministro.

Cherizier es acusado de dirigir nueve pandillas, conocidas como la coalición de Familia y Aliados de la G9.

En noviembre de 2017, agentes de policía haitianos, incluido Cherizier, que en ese momento todavía era un oficial activo, allanaron el campus de una escuela, en busca de un arsenal de armas, según una investigación interna realizada por el gobierno haitiano. Al final de la operación, ocho civiles resultaron asesinados, entre ellos un maestro, un guardia de seguridad y un estudiante potencial que fueron “ejecutados a sangre fría”, según la investigación.

Unos meses después, Susan D. Page, la jefa de la misión de la ONU en Haití en aquel entonces, emitió una declaración contundente en la que pedía a las autoridades haitianas que investigaran “las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por unidades de la Policía Nacional de Haití”, incluida la operación fallida.

Como protesta, el gobierno de Moïse retiró a su embajador ante Naciones Unidas. 

Duplan

Entre los líderes de estos grupos antisociales también está Duplan, un integrante electo del partido del  fenecido presidente Jovenel Moise, quien brindó armas a los pandilleros, indicó el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

En la masacre de La Saline, el jefe del ministerio del Interior, Fednel Monchéry, también tuvo una intervención cercana, dijo el Departamento del Tesoro tras su investigación.

Ambos funcionarios perdieron sus cargos casi un año después de ocurrido este atentado contra la población, pero ninguno ha enfrentado acusaciones.

“Las pandillas tienen más autoridad que nuestros líderes”, dijo a un medio de comunicación internacional Marie Yolène Gilles, quien lidera la Fundación derechos humanos, Ojos Claros (FJKL por su sigla en inglés). “Si dicen: ‘Quédate en casa’, te quedas en casa. Si dicen: ‘Sal’, puedes salir. Es el terror”.

Los secuestros, el pan de cada día en Haití

Durante el año 2021, se convirtió en el país con la mayor tasa de secuestros per cápita con 949 casos en esos doce meses.

Un caso conocido, fue el de 12 misioneros secuestrados en Haití que lograron huir de sus captores a finales de diciembre de 2021. Formaban parte del grupo de 17 misioneros secuestrados por la banda 400 Mawozo en la capital Puerto Príncipe el 16 de octubre.

Misioneros secuestrados en Haití.

Ese incidente demuestra el poder creciente de las pandillas en Haití. Los secuestradores exigían 17 millones de dólares para liberar a los rehenes, y el líder de la banda amenazó con matarlos a menos que pagaran el rescate, según dos personas que estuvieron presentes cuando hizo la amenaza que fue registrada en un video.

Los misioneros estuvieron en manos de los secuestradores hasta que encontraron «el momento perfecto» para escapar. Hallaron la forma de abrir una puerta que estaba cerrada y bloqueada, se dirigieron silenciosamente al camino que habían elegido seguir y abandonaron el lugar».

Tras evadir a «numerosos vigilantes», el grupo se dirigió hacia la montaña, «guiándose por las estrellas». El grupo incluía una pareja casada, un bebé de 10 meses y dos adolescentes de 14 y 15 años. También había cuatro hombres y dos mujeres adultos.

La gran mayoría de los secuestros que han ocurrido en el país en los últimos tiempos fueron perpetrados por la banda 400 Mawozo. Varios dominicanos también han sido víctimas de estos secuestros perpetrados por bandas haitianas.

Miembros de la banda 400 Mawozo

Qué se sabe de 400 Mawozo

Este grupo criminal es uno de los alrededor de 150 que cada día atemorizan la capital haitiana.

Son bandas que han ganado más terreno aprovechando la delicada situación del país más pobre del hemisferio occidental.

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Cada banda opera en barrios y distritos diferentes, y con frecuencia pelean unas contra otras para hacerse con el control de varias actividades criminales.

Según algunas estimaciones, los grupos delictivos controlan más de la mitad de Haití y, en algunos lugares, operan como gobiernos de facto, con sus propias cortes, “estaciones policiales” y cuotas residenciales por servicios que van desde la electricidad hasta permisos escolares.

De acuerdo a varios expertos, las pandillas han tenido el control desde hace mucho tiempo en los barrios pobres, pero empezaron a ganar terreno luego de que Jovenel Moïse asumió la presidencia en 2017, animadas por la erosión de las instituciones democráticas que sucedió durante su mandato y su utilización de las pandillas como herramientas opresoras.

Fuente gráfica BBC.

Esa apariencia de estabilidad se vino abajo en julio, cuando Moïse fue ejecutado en su alcoba en un asesinato que sigue sin resolverse y que dejó en evidencia las debilidades institucionales del país.

Durante su mandato, “no había controles en el puerto, la frontera, el aeropuerto, las armas y las municiones llegaban fácilmente a Haití. Y luego, usaron a las pandillas para masacrar a la gente de los barrios marginales”.

Para Edwin Paraison, excónsul de Haití en la República Dominicana,  la situación de las pandillas en Haití se agravó por diferentes factores como “la incapacidad” de la administración de Jovenel Moise, considerada por algunos de facto, de proteger y asistir a la población en las zonas tocadas por la violencia. Además, por las “divisiones y rivalidades internas entre las corrientes lideradas por las principales figuras que son Michel Martelly y Jovenel Moise”.

Las cifras del secuestro en Haití

Entre las 6 y las 9, de la mañana es hora punta para los secuestros. Muchos son arrebatados de las calles camino al trabajo. Otros están destinados a la hora pico de la tarde, de 3 a 6.

Hermanos dominicanos secuestrados en Haití.

De acuerdo a la ONU, hubo 1.107 casos reportados entre enero y octubre de 2022. mientras, la organización de Espérence ha documentado más de una decena de ataques armados ejecutados por las pandillas desde 2018, lo que ha ocasionado la muerte o desaparición de más de 600 personas. En muchos casos, esos reportes mencionan la participación policial en los asesinatos, incluido el uso de equipamiento como vehículos blindados, gases lacrimógenos y el involucramiento de oficiales en activo.

Para algunas pandillas es una importante fuente de ingresos. Los rescates pueden ir desde US$ 200 hasta US$ 1 millón. La mayoría de las víctimas regresan con vida si se paga el rescate, pero las hacen sufrir.

Se decía que los ataques, fueron intentos para asegurar el control político de Jovenel Moïse en las elecciones de segunda vuelta de la región capital, que representa al 40 por ciento del electorado del país, y se concentra en gran medida en los barrios pobres.

Por estos señalamientos, no se han realizado arrestos ni investigaciones sólidas por parte de la Policía haitiana, según miembros de Espérence.

“Por eso es que decimos que la violencia que está establecida en Haití es una violencia del Estado”, afirman dijo uno de sus miembros en cita que descansan en los medios de comunicación.

Lo que sí se ha producido es amenazas a quienes intentan poner el orden.

En noviembre de 2021, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Dr. Santiago A. Canton, expresó su seria preocupación por las amenazas de muerte recibidas por defensores de derechos humanos en Haití y solicitó al gobierno de ese país la adopción de medidas cautelares para proteger la integridad personal de los amenazados. 

Y es que la  Plataforma de Organizaciones Haitianas de Derechos Humanos (POHDH) denunció la existencia de una lista con los nombres de quince personas, todos miembros de dicha organización, señaladas como objetivos de un plan de asesinato.

Según la información recibida, estas amenazas están ligadas a las denuncias hechas por la Plataforma y la NCHR relativas a la politización de la Policía Nacional y sobre la situación de violaciones de derechos humanos en Haití. 

Salida de Haití de las fuerzas de paz.

Naciones Unidas retiró sus fuerzas de paz en 2017, con un legado maltrecho que incluía la introducción de cólera al país por parte de las fuerzas de paz y abusar sexualmente y embarazar a chicas de hasta 11 años. La partida dejó a una fuerza mucho más reducida para apoyar a la policía, que también se retiró en 2019. En su ausencia creció un vacío de seguridad, sobre todo en las zonas pobres de la capital.

Los haitianos de la capital viven un temor constante. Los secuestros se han disparado y superan por mucho el récord del año pasado que, según Naciones Unidas, ya era un incremento significativo respecto al año anterior.

Cherizier, que lidera una colección de bandas rivales, ha negado cualquier vínculo con el gobierno y más bien se presenta como un revolucionario que lucha contra la pobreza en los barrios marginales. 

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