El vertedero Duquesa, reúne historias intrínsecas que van desde el suelo donde decenas de camiones vierten cada día los desechos de una creciente y mestizada población hasta quienes consiguen allí su sustento y el de familiares.

Así el sistema: recolectores de basura, camioneros, buzos, propietarios del vertedero, empleados, obtienen beneficios de materiales no deseados.

Las ganancias de quienes dependen de este modelo de negocio van desde RD$2,450 a la semana, RD$350 al día, para un buzo; RD$3,100 los recolectores de basura hasta cerca de RD$1.5 millones al año para la empresa propietaria del basurero. Este último calculando la tarifa promedio de US$2.39 que pagan los ayuntamientos por tonelada vertida.

Duquesa es uno de los más de 350 vertederos a cielo abierto que hay en República Dominicana. Limita al sur con la avenida Jacobo Majluta, al norte con la Circunvalación de Santo Domingo, oeste con la avenida Presidente Antonio Guzmán Fernández en dirección al Aeropuerto Internacional La Isabela-Dr. Joaquín Balaguer (El Higüero) y al este con el sector Los Casabes.

Ocupa 127 hectáreas y cada día a través de un camino extenso, que las lluvias tornan casi intransitable y que el sol convierte en agreste, más de 800 camiones llevan a Duquesa alrededor de 3, 900 a 4,200 toneladas diarias de basura.

En términos porcentuales, recibe el 79% de los desechos recogidos en el Gran Santo Domingo, que comprende el Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte, Pedro Brand, Pantoja, Palmarejo, Los Alcarrizos, La Cuaba y Guáyiga. Estos territorios concentran aproximadamente 3.7 millones de habitantes y en los últimos tres años han producido un total de 3,749,024.06 toneladas de basura. La generación percápita domiciliaria es de 0.97 kilogramos por habitantes por día.

El vertedero trabaja en horario de 6:00 de la mañana a 8:00 de la noche de lunes a sábado y los domingos de 7:00 a 4:00 de la tarde. Los camiones recolectores que llegan hasta allí, son compactadores, de volteo y de cama con capacidades entre 4,5 a 20 metros cúbicos y de 6 a 8, respectivamente.

El basurero cuenta con alrededor de 511 recicladores, 135 dominicanos y 376 haitianos, y 1,700 buzos.

Estos se topan con diferentes tipos de desechos: De hospitales, hoteles, centros educativos, mercado y de diversos tipos de generadores. Todos ligados en fundas de varios colores, a veces son echados sueltos en el camión recolector y sin cumplir una política de reciclaje.

Así sin ropas especiales con apenas unos guantes para protegerse, otros sin estos, mujeres, hombres y niños se agachan decenas de veces para recoger los desechos –plásticos, cartones, metales- que venderán a intermediarios. Algunos se sumergen entre los desperdicios, sin portar camisetas.

El terreno, entre un limbo de propiedad y verdor perdido

Duquesa ya operaba para 1995 cuando el presidente Joaquín Balaguer otorgó mediante decreto poder especial al entonces director del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) Dimas de Moya, para que a nombre de esa entidad suscribiera con el Ayuntamiento del Distrito Nacional un contrato para el uso durante 20 años de ese vertedero.

De acuerdo al reglamento se trataba de 36.7 hectáreas y dicha concesión de uso se haría a título gratuito y el Ayuntamiento velaría por el tratamiento adecuado de la basura allí depositada, especialmente mediante rellenos sanitarios y drenajes. Veintidós años después el Estado dominicano perdió poder sobre esta área. Mientras la empresa Lajun Corporation asegura ser la propietaria, todos los documentos encontrados sobre la venta de esos terrenos hasta abril de este año, están plagados de irregularidades, según afirman las autoridades gubernamentales competentes.

La parte que comprendía el vertedero pasó a tener 90 hectáreas más y en los últimos 17 años se notan los cambios. El verdor disminuyó mientras la cantidad de habitantes en zonas aledañas aumentó. 

Su manejo actual y vida útil

Duquesa pudiera pasar de vertedero a relleno sanitario y extender su vida útil a 15 años, lo que no sucedería si continúa en las condiciones actuales.

“Ahí no se ordena la basura, no se contabiliza, ahí solo se cuenta las toneladas que entra y en esas condiciones ya debería estar cerrado”, afirmó Francisco Flores Chang, director de Residuos Sólidos del Ministerio de Medio Ambiente.

El relleno sanitario está diseñado para la disposición final de la basura. Consiste en depositar en el suelo los desechos sólidos, los cuales se esparcen y compactan reduciéndolos al menor volumen para que ocupen un área pequeña. Luego se cubren con una capa de tierra y se compactan nuevamente al terminar el día.

Ver función de un Relleno Sanitario

Con este sistema se evitarían los problemas de cenizas y de materiales que no se descomponen, tiene bajos costos de operación y mantenimiento, genera empleo para mano de obra no calificada, puede ubicarse cerca al área urbana, reduciendo los costos de transporte y facilitando la supervisión por parte de la comunidad, permite utilizar terrenos considerados improductivos, convirtiéndolos luego en parque o campos de juegos.

“Es un método que no afectaría a quienes reciben beneficios directos del vertedero, como los buzos, porque lo que está estipulado en la nueva ley de residuos sólidos es la inclusión social de los buzos pero entrarían al vertedero a trabajar en una estructura de separación”, explicó Flores Chang.

Operando a cielo abierto, como en la actualidad, Duquesa se mantiene como un peligro de contaminación del manto freático por lixiviados y para la proliferación de animales nocivos como ratas e insectos.

Los lixiviados son líquidos que se producen por efecto de la descomposición de los desechos y el arrastre de sus partículas con las lluvias y se caracteriza por su alto contenido contaminante.

La producción de estos en Duquesa se calcula en 850 galones diarios aproximadamente, que van a dar a una laguna de acumulación que dispone de una capa impermeable de arcilla que evita que pase al subsuelo. Sin embargo, Flores opina que este líquido pudiera tener contacto con el rio Isabela cuando llueve.

“Se está manejando como un vertedero cualquiera y es lo que el presidente Danilo Medina no quiere, la idea es convertirlo en relleno sanitario o cambiar de lugar”, resalta el funcionario.

De vertedero a ecoparque

Varios vertederos a nivel mundial han sido convertidos en lugares de esparcimiento y deportivos y República Dominicana podría sumarse con Duquesa.

“Se puede convertir en un ecoparque, que sea un pulmón verde para el Gran Santo Domingo y en especial para el municipio Santo Domingo Norte”, recomienda el ingeniero y especialista en medio ambiente Roberto Castillo Tio.

Países de la región como México, Colombia, Chile, Puerto Rico tienen experiencia al respecto.

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