«Jesús nunca fue juzgado, nunca», dice el investigador e historiador André Leonardo Chevitarese, autor de ‘Jesús de Nazaret: Otra Historia’.

Chevitarese va más allá: tampoco hubo procesos legales que documentaran estas condenas. «Si no, habría memoria sobre ello», concluye.

Aunque no hubo un juicio de facto, se conocen las causas mundanas que llevaron a la muerte del Jesús humano. Y las razones eran políticas. Sí, Jesús fue un preso político, condenado a muerte por, a juicio de las autoridades, un atentado contra el orden establecido por el poder romano, sostiene.

«Una figura como Jesús era como un polvorín en una región dominada por los romanos», dice Chevitarese.

«La revuelta estaba a punto de suceder. Y antes de eso, las autoridades romanas, en connivencia con algunos sectores de la élite judía que estaban alineados con Roma, identificaban a estos líderes populares y se los quitaban de en medio matándolos».

«Básicamente, fue acusado de ser un impostor. Esta acusación procedía de los líderes religiosos de los judíos que vivían allí en ese momento y que lo presentaban como un enemigo del César, como alguien que se presentaba como ‘rey'», argumenta el vaticanista Filipe Domingues, subdirector del instituto católico The Lay Center de Roma.

«Entonces hicieron una acusación política para que fuera condenado por el Imperio Romano, que gobernaba allí a través de alianzas con líderes locales».

Para entender lo que sucedió es necesario retroceder en el tiempo y contextualizar cómo era esta región del Medio Oriente en ese momento, e incluso antes.

«Ese entorno estuvo convulso durante mucho tiempo, con crisis políticas y opresión de los gobernantes«, dice el historiador, filósofo y teólogo Gerson Leite de Moraes, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, precisa un escrito de la BBC.

Señala que cuando Roma «decide establecer su dominio de forma imperial», esto conlleva la dominación de territorios y la imposición de «gravosas obligaciones a los pueblos dominados».

«Lógicamente, esto pesa mucho sobre la población más pobre, porque hay un pueblo dominado y hay unas élites haciendo acuerdos con los dominadores, incluidos acuerdos políticos, y a veces alianzas económicas bastante satisfactorias«, añade. «Pero la población pobre estaba sufriendo un desgaste».

A la vez, al menos 500 años antes de Cristo, se empezó a gestar una mentalidad mesiánica: la creencia de que nacería un salvador para redimir a ese pueblo del sufrimiento.

«La idea de que alguien vendría a liberarlos, un enviado de Dios», explica el profesor.

Jesús nació con este contexto ya efervescente. Creció, vivió, predicó y cumplió su misión en este ambiente.

«¿Era el único así? No. La Palestina en tiempos de Jesús es una Palestina llena de movimientos populares, movimientos de rebeldía«, subraya Moraes.

Según la Biblia, después de que Jesús fue arrestado, fue presentado a las autoridades.

Poncio Pilatos, que era el gobernador de la provincia romana de Judea, habría presentado a Jesús a una asamblea popular, y su condena habría sido así, por aclamación.

«Si se declaraba rey de los judíos, podía de repente llevar a este pueblo a levantarse, en un acto de resistencia, contra el imperio romano», prosigue Moraes.

«Es decir, el imperio romano miraba a Jesús como un líder revolucionario, el líder de una pandilla que podía causar problemas. La acusación era política», dice.

«(El ‘crimen’ de Jesús) fue el de alguien que atentaba contra el Estado romano», apunta el investigador.

«¿Cómo atentaba? El imperio romano era un reino de Dios, los emperadores eran vistos como divinos, esa era una vieja tradición. Jesús, al establecer otro reino de Dios, se opuso al reino de César, que era una deidad. En este caso, el césar de la época era Tiberio», contextualiza.

El proceso judicial contra Jesús: un ejemplo de vulneración de derechos

Desde el punto de vista judicial, el magistrado dominicano Manuel Ulises Bonelli Vega, destaca que Jesús fue un ciudadano a quien la ley otorgaba una serie de derechos y garantías que fueron totalmente vulnerados.

“Incluso a aquellos que se encuentran acusados de un delito se les debe asegurar un juicio justo e imparcial”, subraya el magistrado.

El juicio seguido a Jesús, fue desarrollado ante dos jurisdicciones: la judía y la romana.

“El sanedrín era como una especie de nuestra Suprema Corte de Justicia, es decir, el tribunal judicial de mayor jerarquía entre los judíos y estaba integrado por 71 miembros, fue el tribunal que juzgó a Jesús bajo la acusación de blasfemia contra Yaveh”, relata.

Evidencias de la ilegalidad del proceso

Un primer aspecto que destaca, es que la ley judía prohibía que tanto el juicio como los demás actos del procedimiento judicial, tuvieran lugar en horas de la noche, y que los casos que tuvieran como sanción la pena de muerte debían ser juzgado durante el día, en el proceso contra Jesús esta regla fue totalmente desconocida.

“Los cuatro evangelistas coinciden en que su arresto tuvo lugar durante la noche en el monte de los olivos y que los interrogatorios practicados previo al juicio tuvieron lugar en horas de la noche y que finalmente el juicio se llevó a cabo entrada la madrugada”.

Al analizar la Biblia, otro aspecto que resalta, es que la presencia de Jesús ante Caifás era ilegal, pues no podía él solo interrogarlo o actuar como juez de manera independiente ya que en la normativa judía había una disposición que sugería que esto estaba prohibido.

En su investigación, el magistrado resalta que los testigos que se presentaron en el juicio contra Jesús ofrecieron declaraciones contradictorias, por lo que debieron ser rechazados o anulados.

“En la legislación vigente en nuestros días esto sería un caso de prevaricato imputable a los jueces, pues en lugar de anular los testimonios Caifás continuó y trató de arrancar el testimonio del propio acusado en su contra también violentando las reglas”, apunta.

Una quinta regla incumplida, fue la de llevar a cabo todo el proceso contra Jesús en una fecha importante para los hebreos: comenzó el día antes a la pascua, es decir, el día de la fiesta de los panes sin levadura que según sus leyes, estaba prohibido que un tribunal sesionara en día de reposo o día santo.

Escuche la investigación completa en el siguiente enlace:

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