Costaleras fuente externa

Suenan tres golpes secos sobre la madera y las «costaleras» se agachan al tiempo, ajustan las vigas sobre la nuca y se levantan de forma sincronizada para elevarlo.

A paso lento y solemne, un grupo de mujeres en España carga sobre sus cervicales la imagen de Cristo y la Virgen de una tonelada y media.

Desde los años 80 decenas de españolas ha adoptado la tradición de unirse a los hombres para cargar en un recorrido por las calles, una escultura de Cristo o la Virgen en Semana Santa, pero su participación sigue levantando polémica.

Es un esfuerzo físico que para ellos es un honor y un lujo, igual que para ellas, cuando pueden ejercer de costaleras.

Llamados/as así por el «costal», la tela acolchada que enroscan en sus cabezas para amortiguar el peso de los pasos. Hasta hace treinta años eran todos hombres, ya que el papel de las mujeres en las procesiones se limitaba a desfilar con una vela y una mantilla negra.

Tras dos años de parón por la pandemia, las procesiones que recrean la Pasión y Resurrección de Cristo han regresado a España, y con ellas los característicos nazarenos con sus grandes capuchones cónicos y los «costaleros».

Por debajo de la enorme imagen de Cristo y la Virgen, que sale en procesión durante diez horas por las calles de Granada (Andalucía, sur), solo asoman zapatos blancos. Cubiertas por las telas que adornan el paso — como se conoce a las plataformas con imágenes religiosas que salen en procesión –, cincuenta mujeres se coordinan con precisión. Repartidas en diez filas ajustadas, sobre sus espaldas descansan las pesadas vigas de la estructura.

En Granada, la Hermandad del Trabajo y Luz fue una de las primeras en contar con una división femenina en los años 1980.

A pesar de que las mujeres hace más de 30 años que se incorporaron a esta labor, su participación sigue generando polémica. De hecho, en Sevilla, la «capital» de la Semana Santa, no desfilan costaleras y aunque en Granada sí hay, solo en tres de las treinta cofradías de la ciudad las mujeres soportan el peso de los pasos.

En 2011 la iglesia emitió un decreto que establecía la igualdad en las hermandades.

El Cristo de la Buena Muerte

Cuando comienza a caer la tarde en Moya, municipio del norte de la isla de Gran Canaria, empieza la hora del ensayo de las costaleras del Cristo de la Buena Muerte. Esta imagen, obra del escultor catalán Sebastián Sanabria, pertenece a la Iglesia de la Candelaria y es uno de los pocos del país llevado íntegramente por mujeres en Semana Santa.

Son 24 mujeres de entre 18 y 68 años que levantan entre todas un trono que pesa unos 800 kilos. Ensayan durante dos meses cargando el trono completo, no un armazón. La mayoría son trabajadoras y una vez que terminan en la peluquería, en el taxi, o en el supermercado se ponen a practicar para que el Cristo de la Buena Muerte salga la noche del Jueves Santo.

Costaleras cargando la imagen de Cristo en Semana Santa