La ‘abuela asesina’, como fue apodada por varios medios europeos, murió en el 2021 en prisión por complicaciones tras contagiarse de covid-19.

Era una mujer de 80 años que solía entregar dulces a los niños de su barrio -nada fuera de lo común- hasta que sus vecinos comenzaron a sospechar que estos contenían restos de seres humanos.

Sofia Zhukova era una mujer rusa de la ciudad de Zvyagino. Cuando se casó, se mudó junto con su esposo a la ciudad de Khabarovsk, también ubicada en su país natal, donde tiempo después sería acusada de asesinar a tres personas.

La mujer fue descrita por sus vecinos como antipática e incluso grosera, pero reconocieron que sacaba tiempo para regalar gelatinas con carne por su vecindario, especialmente a los niños. El problema era que este alimento estaba hecho con los restos de las personas que ella misma había asesinado.

Aunque fue acusada de tres asesinatos después de encontrar restos de órganos humanos en la nevera de su casa, la Policía actualmente teme que esas no sean las únicas víctimas de Zhukova, a quien le atribuyen al menos otros cuatro posibles asesinatos a lo largo de 15 años.

De acuerdo con personas cercanas a la mujer y como lo reporta el medio inglés ‘The Sun’, la mujer tuvo un cambio drástico en su personalidad después de la muerte de su esposo en el 2005, por lo que creen que ese evento pudo desencadenar los asesinatos.

¿Quiénes fueron sus víctimas?

En febrero de 2019, la mujer fue arrestada por tres asesinatos y, aunque al momento del arresto dijo ser inocente, después aceptó su culpabilidad.

Una de sus víctimas fue una niña de tan solo siete años llamada Anastasia Alexeenko.

Zhukova admitió haberla matado, catorce años después de que se descubriera su cabeza en un callejón del barrio donde ambas vivían.

Al parecer, la niña era demasiado “ruidosa” para la paciencia de la mujer por lo que, en el 2005, según admitió al testificar para la Policía, decidió secuestrarla y tenerla en su casa por tres semanas antes de matarla, descuartizarla y, presuntamente, hacer comida con sus restos.

También asesinó a su supuesta amiga, de 77 años, y a un conserje, de 52 años, que, de acuerdo con lo que contó Zhukova, abusó sexualmente de ella.

“Yo maté al conserje, pero él me violó. ¿Qué creen que debí haber hecho? Lo corté en pedazos con un hacha”, dijo la mujer cuando las autoridades le preguntaron detalles sobre ese asesinato particularmente, según el medio británico ‘The Sun’.

¿Cómo empezaron las sospechas?

Al parecer, la Policía recibió un reporte por lo extraño que les resultaba a los adultos del barrio el hecho de que una mujer que odiaba a la mujer cualquier persona se le acercara, sacara el tiempo para hornear y repartir comida.

Por esto, los policías visitaron su hogar, donde encontraron restos de órganos humanos en su refrigerador e incluso un pasaporte que no le pertenecía a ella, sino a una mujer de 83 años llamada Nina Bakenko, quien solía vivir en la casa con ella como arrendataria, pero desapareció y jamás se encontró su cuerpo o alguna señal de vida.

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