SANTO DOMINGO. A tres días de la explosión en la fábrica de plásticos Polyplas, Pablo Mora espera frente a los escombros a que su compañera de vida desde hace 33 años aparezca. Solo se ha alejado del lugar para buscarla en los hospitales. Sus ojos reflejan cansancio, tristeza e impotencia.

Le han dicho que debe esperar de 10 a 15 días los resultados de la prueba de ADN, hecha a dos cuerpos calcinados de dos mujeres que están en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), pero él tiene la esperanza de que la madre de sus dos hijos, de 30 y 32 años, esté viva.

“Todavía no siento que esté muerta, para mí está viva, tengo la fe en Dios”, precisa.

Son las 4:30 de la tarde del domingo, su teléfono no para de sonar. La conversación es interrumpida constantemente por los familiares y amigos que se mantienen pendiente de alguna noticia sobre la mujer de 52 años.

Ha visitado varios hospitales pero le dicen que no la tienen, se le escucha decir en todas las llamadas que contesta a veces tranquilo, otras veces entre lágrimas.

Le preocupa no sólo que uno de esos cadáveres calcinados sea el de su pareja sino también qué rumbo correrá el caso, si los resultados del ADN no coinciden con el de ella.

“Hice esa pregunta en una reunión que tuvimos en el Inacif y me dijeron: bueno ahí lo que podemos hacer es facilitarte toda la ayuda necesaria para seguir buscando hasta que se encuentre”, comenta al continuar hablando con O Investigación en el lugar donde ocurrió la explosión.

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Su esposa Rosa Amelia Peña Rosario trabajaba en el área de almacén justo con la joven que sale en un video que ha circulado en las redes en el que se ve el gas disperso en el área de trabajo.

“Este humo me está picando, nos estamos asfixiando. Estamos viviendo un momento de suspenso, estamos oscurito, una oscuridad que solo Dios sabe. Estamos que no podemos respirar. Pídanle a Dios que salgamos bien de aquí, estamos mal aquí, nos estamos asfixiando”, decía Rosa a un familiar en un video que grabó y le envió antes de que ocurriera la explosión. Según relata Pablo su cuñada le recomendó salir del lugar y llamar al Sistema Nacional de Emergencias 911, pero no le dio tiempo y ocurrió la explosión.

¡Ay Rosa pero yo creo que esto va a explotar! se le escucha decir a su compañera de trabajo.

Rosa se desplazaba todos los días desde el barrio Ponce, Los Guaricanos, a la empresa ubicada en el sector Villas Agrícolas, donde desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde empacaba plásticos y botellas.

“Estamos destrozados todos, buscando la forma de cómo encontrar aunque sea la huella de ella en un hospital”, argumenta Pablo.

¿Qué usted recuerda del último día que la vio?

Recuerdo que me llamó y me dijo: levántate que nos vamos. La dejé frente a la empresa donde se despidió de mí. Yo siempre la traía en un carrito que tengo para conchar en la Duarte.

Durante dos años la dejó en Polyplas todos los días a las 6:30 y 7:00 de la mañana. Dice salían temprano para evitar el congestionamiento del tránsito vehicular.

El día de la explosión, continúa su relato… me llamaron a la casa como a las 11:30 de la mañana, una sorpresa esa llamada, me dijeron que hubo una explosión y que fue en su trabajo. No quise comer, salí inmediatamente en mi carro y cuando llegué no encontré qué hacer. No me dejaban entrar, todo estaba en llamabas, a ella no le dio tiempo a salir.

Me siento destrozado, esa mujer no me desamparaba, era todo para mí. Ella era muy humanitaria con todo el mundo. Yo no tengo con qué pagarle, porque esa supo trabajar para mí, no me puedo quejar de nada.

Tenemos dos hijos y los criamos como Dios nos ayudó. Ya usted sabe es duro sentirse que una compañera que nunca me abandonó esté en esas circunstancias. Quiero terminar de encontrar aunque sea una hebra de su cabello, manifiesta entre lágrimas.

Detalles de la tragedia

El hecho ocurrido el pasado miércoles 5 de diciembre dejó además de las siete personas muertas, un saldo de 103 personas heridas y decenas de vecinos con traumas producto de la explosión. Ese miércoles, según lo informado por la empresa Polyplas, había 288 empleados laborando, pero no ofrecieron mayores detalles al alegar que durante la explosión perdieron toda su base de datos.

Además del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, la Defensa Civil y el Centro de Operaciones de Emergencias, en las labores participa un equipo que fue enviado desde Puerto Rico para la ayuda de búsqueda y rescate que está compuesto por un grupo de ocho expertos en diferentes áreas y su ayuda es parte de un acuerdo firmado entre la Alcaldía de San Juan en Puerto Rico y la Alcaldía del Distrito Nacional.

También un equipo multidisciplinario integrado por médicos, psicólogos y otros especialistas se integraron a las labores de asistencia a los residentes en la zona de la explosión, con un programa de vacunación y consultas médicas, así como orientaciones psicólogas a los vecinos afectados por la tragedia.

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