Horas después del arrollador paso del huracán Dorian en Bahamas, el primer ministro del país, Hubert Minnis, confirmó este lunes la muerte de cinco personas.

Minnis, en una conferencia de prensa, indicó que de momento es la información disponible y que hay que ser muy cuidadosos con los datos que se dan sobre fallecimientos.

El primer ministro dijo que se trata de una tragedia histórica que habrá que superar con mucho tiempo.

Un rato antes, el ministro de Estado de Gran Bahama, James Kwasi Thompson, había manifestado en una entrevista radial que los equipos de rescate no pueden atender las cientos de llamadas de petición de ayuda de personas atrapadas y en peligro de inundaciones debido a los efectos del paso del huracán Dorian.

«Desafortunadamente, estamos recibiendo muchas, muchas llamadas de residentes que están completamente inundados en sus casas», señaló Thompson, tras aclarar que es prácticamente imposible que los equipos de rescate se aventuraran a la intemperie para ayudar a la población.

«Hicimos algunos intentos para tratar de rescatar a algunas personas, pero desafortunadamente no fue posible debido a los vientos de 150 millas por hora -240 kilómetros a la hora-, por lo que los equipos no pudieron actuar», indicó, para matizar que desafortunadamente habrá que esperar.

Mientras recomendaron a la población que se mantenga en lugar seguro a la espera de que el huracán Dorian se aleje de la región rumbo a la costa este de Estados Unidos.

«Tenemos informes de cuerpos vistos, pero no podemos confirmar esos datos hasta que salgamos y los veamos», indicó Henfield en declaraciones.

El funcionario sostuvo que los daños reportados en las Islas Ábaco fueron catastróficos, mientras que las autoridades locales indicaron que comenzaron las tareas de rescate.

En las imágenes difundidas por habitantes de las Ábacos, afectadas por el huracán el domingo eran visibles autos y casas de las que solo se ve el tejado sumergidos debido a las inundaciones que han convertido las calles en ríos, todo ello acompañado de vientos que en algunos momentos se acercaron a los 350 kilómetros por hora.

En las Ábacos la destrucción fue total y buena parte del territorio quedó completamente inundado, a lo que se sumó la dificultad de rescatar a las cientos de personas que no hicieron caso a la petición gubernamental de abandonar las áreas costeras más vulnerables. Dorian, según el más reciente boletín del Centro Nacional de Huracanes de EE.UU., estaba unas 30 millas (50 km) al noreste de la ciudad de Freeport, principal ciudad de la citada isla, y unas 110 millas (180 km) al este de West Palm Beach, en Florida.