El silencio recorre las calles del barrio La Cuarenta, ubicado en el municipio Jimaní, provincia Independencia. Allí, los recuerdos de una de las experiencias más trágica que ha enfrentado República Dominicana aún retumban en la memoria de quienes permanecen en el lugar.

“Nosotros tenemos temor de que vuelva y pase lo mismo que pasó. Cada vez que llueve nos miramos la cara uno al otro, y será verdad que vuelve a pasar lo que nos pasó en esos años?”, manifestó Rubén Pérez, residente en el sector La Cuarenta.

Se refiere a la crecida del río Blanco que nace en Haití con nombre Soliette, ocurrida en mayo de 2004. Aquel lunes, más allá de las intensas lluvias, el día transcurría normal.

 “Yo estaba viendo televisión, yo estaba viendo un juego de pelota que cuando eso estaba Sammy Sosa en el combate de jonrones con Maguey ese día fue que metió Sammy Sosa el jonrón 66, está lloviendo pero no siento nada raro, en una bajo los pies y hay agua dentro de la casa pero todavía no siento el movimiento de nada, se acaba el juego de pelota y me fui a acostar”, precisó Juan Piña, residía en el sector La Cuarenta. 

 “Uno no pensaba que eso iba a pasar. En la tarde yo fui a ver a mi mamá y le llevé cena. Mi mamá me dijo: mi hija ve a comprarme tabaco, una vela y fósforo. Le dije mamá yo me voy, acuéstate con Dios. Cuando yo quise ir a buscar a mi mamá ya se la había llevado con todo y casa. La llevó al otro lado del barrio, la encontraron vuelta nada, mi mamá, eso era lo único que yo tenía, mi mamá”, destacó Miladis Méndez, residía en el sector La Cuarenta.  

En horas de la madrugada los residentes aseguran haber escuchado un sonido tan fuerte que algunos lo relacionan con un rayo, otros con una explosión.

“Estoy durmiendo y siento ese quinbimbazo plaaa como un rayo no sé, enfocó ese barrio entero, digo ay Dios mío y qué es lo que está pasando y qué es”, indicó otra residente en sector La Bombita.

“No pensábamos que el río podía hacer este desastre que hizo pero cuando eran las 1:30 de la madrugada, fuertes lluvias, fuertes lluvia, en ese instante la luz se va. Vienen unos vecinos y nos están llamando que por ahí viene el río, por ahí viene el río. Nosotros no le hicimos caso porque el río nunca lo vimos bajar en esa magnitud con un volumen de agua exagerado. Seguimos acostados pero nos siguen llamando: que va bajando, que trae mucha agua, que se está metiendo a las casas”, relató Rubén Pérez, quien residía en el sector La Cuarenta.

Momentos de desesperación azotaban a decenas de moradores de aquella barriada ubicada al oeste del territorio dominicano. Niños, hombres, mujeres, adultos y ancianos, luchaban por sobrevivir.

A continuación la historia completa

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