Claudia Zapater / EFEParís

Los desplazamientos urbanos en vehículos voladores pueden dejar de aparecer en el imaginario colectivo como algo futurista. En solo cinco años, si se cumplen los plazos, taxis sobrevolarán el cielo de París con ocasión de los Juegos Olímpicos de 2024.

A día de hoy, el trayecto del aeropuerto Charles de Gaulle hasta París ronda la hora, y para 2024, la afluencia esperada obliga a buscar nuevos vehículos que permitan descongestionar los transportes públicos tradicionales.

El constructor aeronáutico Airbus ha presentado recientemente «Vahana» y «CityAirbus», los prototipos de su «taxi volador», y ha firmado un acuerdo con la red de transporte público de París (RATP) para estudiar la integración de vehículos volantes en los desplazamientos urbanos.

Airbus y RATP se han asociado además a Aeropuertos de París (ADP) para estudiar la viabilidad del transporte aéreo urbano y para la demostración de un sistema de aeronaves de despegue y aterrizaje vertical en zona urbana para 2024.

El objetivo es ambicioso, pero Eduardo Domínguez Puerta, director de Movilidad Aérea Urbana de Airbus aseguró a Efe que la viabilidad en el estudio y el diseño es total, aunque «dependemos de los reguladores, que tendrán que certificar los vehículos».

«Empezamos a hacer ‘demos’ que nos permitan marcar algunos objetivos concretos que podamos demostrar a pequeña escala hasta 2024 (…) Pensamos que para entonces podemos tener el visto bueno a los estudios y algunas infraestructuras para empezar a operar», dijo Domínguez.

Estos nuevos vehículos no llevarán piloto, por lo que la aceptación social de este y otros aspectos como el ruido, la polución visual o la ecología juegan un papel importante en la viabilidad del proyecto.

Por el momento, Airbus investiga junto a la aeronáutica Safran nuevas tecnologías que permitan reducir las emisiones de CO2 y los niveles sonoros de las futuras plataformas de despegue y aterrizaje vertical.

Los prototipos «Vahana» y «CityAirbus» son 100 % eléctricos y cero emisiones de CO2, señalan sus creadores.

Los desplazamientos entre la ciudad y el aeropuerto constituirán los primeros usos de estos «taxis voladores», por lo que el grupo ADP ya se ha puesto en marcha para desarrollar este servicio, notablemente con la creación de infraestructuras como las plataformas «vertiports» (puertos verticales).

El funcionamiento vertical de estos medios de transporte es un valor esencial, según Domínguez, para conseguir la integración armoniosa de este nuevo sistema en la movilidad urbana.

El director de innovación de RATP, Mathieu Dunant, explicó a Efe que uno de los grandes desafíos es la integración de estos «vertiports», lugares en la ciudad que acojan a pasajeros, además de permitir a estas aeronaves despegar, aterrizar y recargarse.

Dunant avanzó que ya se está empezando a contemplar la instalación de estos puertos en la construcción de edificios nuevos.

Otro de los retos es la creación de pasillos que permitan la integración de los nuevos vehículos en el tráfico aéreo clásico de los aeropuertos de París y de las misiones policiales y médicas.

El proyecto tiene además vocación internacional, pues el modelo que se está desarrollando para París está pensado para ser exportado a otras ciudades.

Domínguez aclaró que la intención de Airbus no es sustituir los medios de transporte tradicionales, sino ofrecer una solución adicional que complemente el sistema de movilidad urbana, por lo que la convivencia con éstos es una parte esencial del estudio de viabilidad.

«Vahana» y «CityAirbus», sin embargo, no sobrevolarán el cielo de París en 2024 pues, según Domínguez, constituyen solo prototipos tecnológicos sin vocación comercial que «ayudan a madurar y desarrollar tecnologías».

El precio de estos servicios va a ser, en primera instancia, mayor al de los taxis tradicionales, aunque «la intención es ir reduciendo los costes de operación para que sean cada vez más accesibles a un mayor porcentaje de gente», concluyó Domínguez.